Situado en el caserío homónimo, sin duda frecuentado en la Edad Media por los peregrinos, este cru es el hermano burgués de La Peyre. Su vino tiene un color rubí brillante con un hermoso brillo. Fresco, fino y armonioso en su expresión aromática con notas de frutos rojos y pan de jengibre, el conjunto es a la vez consistente, delicioso y equilibrado.