En el regazo desde 2007 de la familia Rouzaud (champagnes Louis Roederer), el cru abre una nueva página en su historia. Dirigido por Nicolas Glumineau, dotado de una nueva bodega y una bodega de última generación, se relanza en la carrera por la excelencia y pretende recuperar el lugar de "super second" que tenía en los años 80, gracias a la elaboración de una serie de vinos legendarios (1982, 1986, 1989). Si la década del 2000 fue menos exitosa, las últimas añadas, entregando un vino más preciso y directo, más marcado por los Cabernets, son mucho más convincentes.
Los vinos: el trío de 2016, 2015 y 2014 permite a Pichon Comtesse recoger los mejores vinos de Médoc del pelotón. La suavidad habitual de la vendimia la lleva un marco más profundo. Primero, ¡2016 estuvo en la cima de la cumbre y debería unirse al legendario 1982!