RON JM - Ron Agricola Muy Viejo - Cuvée Signature - Añada 1998 - 25 años - n° 133/268 - 40,6%
Este Ron Agricola Muy Viejo JM Cuvée Signature 1998, embotellado tras 25 años de crianza y numerado n° 133 de solo 268 botellas, se impone tanto como pieza de colección como un gran espirituoso para degustar. Proveniente de jugo puro de caña, destilado al pie de la Montaña Pelée, lleva en su color ámbar profundo con reflejos caoba toda la concentración de sus largos años de reposo en barrica. La nariz se abre con un bouquet complejo de frutas confitadas, cáscaras de naranja, mango seco y ciruela, rápidamente acompañado por notas de miel oscura, vainilla, cacao y madera encerada. En el fondo aparecen acentos de tabaco rubio, frutos secos tostados y un toque de café que evidencian un rancio elegante. El conjunto desprende una impresión de dulzura aromática refinada, sin caer jamás en la pesadez. Desde las primeras inspiraciones, se percibe la firma de un ron agrícola muy viejo pacientemente moldeado por el tiempo.
En boca, la Cuvée Signature 1998 se despliega con una gran suavidad de textura, sostenida por un grado de 40,6 % perfectamente integrado que privilegia la finura sobre la potencia demostrativa. El ataque es suave, acariciante, marcado por frutas confitadas, caña madura y un toque de caramelo rubio que recubre el paladar con elegancia. El corazón en boca revela notas de vainilla, coco tostado, especias suaves y maderas preciosas, en una armonía donde cada matiz parece fundirse pacientemente. Un fino entramado especiado, entre canela, nuez moscada y pimienta blanca, estructura el conjunto y le aporta relieve. La sensación de calor se mantiene contenida, dejando principalmente espacio a la longitud y precisión aromática. El final, largo y envolvente, prolonga el placer con notas de frutos secos, cacao, tabaco rubio y cáscara de naranja.
Esta añada 1998, criada un cuarto de siglo antes de ser embotellada y limitada a solo 268 ejemplares, está dirigida tanto a aficionados ilustrados como a coleccionistas en busca de botellas raras portadoras de una verdadera historia. Servido ligeramente refrescado y luego dejado abrir en la copa, revela con el paso de los minutos nuevas capas aromáticas, entre cera de abeja, especias finas, frutas exóticas confitadas y madera noble. Acompañará maravillosamente un momento de meditación al final de la comida, un chocolate negro con alto contenido de cacao, un cigarro delicado o una pastelería con frutos secos y cítricos. Su complejidad y dulzura lo convierten en un espirituoso para saborear lentamente, sorbo a sorbo, para medir todo el camino recorrido entre la caña fresca y este ron agrícola muy viejo perfectamente logrado. Cada copa recuerda que se trata de un instante congelado en el tiempo, el de una añada única criada con paciencia y exigencia.
Solo una botella disponible - Añada 1998