SPRINGBANK - 12 años - Cask Strength - Embotellado 2025 - 55,5%
Springbank 12 años Cask Strength (versión 2025), con una graduación de 55,5 %, encarna la faceta más intensa y pura de la destilería de Campbeltown, en un estilo profundamente artesanal. El color oro profundo con reflejos cobrizos presagia una crianza que combina barricas de bourbon y de jerez, envejecidas por el tiempo en las bodegas azotadas por los vientos marinos. En nariz, el whisky se abre con una trama maltosa rica, evocando galleta de mantequilla, pan caliente y un toque de cereal tostado. Luego aparecen notas de limón confitado, manzana cocida y frutas secas, acompañadas de toques de caramelo suave, miel clara y vainilla. De fondo, se adivina la firma de Campbeltown a través de una salinidad discreta, una mineralidad casi yodada y un humo muy sutil. En conjunto, transmite una impresión de densidad controlada, a la vez golosa, salina e inmediatamente identificable como Springbank.
En boca, los 55,5 % se imponen con una intensidad clara pero notablemente integrada, ofreciendo un ataque amplio, aceitoso, que cubre el paladar sin brusquedad. El corazón de boca despliega una materia profunda, donde se mezclan cítricos confitados, frutas amarillas, caramelo oscuro y azúcar moreno, sostenidos por una textura a la vez grasa y tensa. La madera, precisa, aporta acentos de roble tostado, especias suaves, nuez y vainilla, mientras deja respirar el destilado. Una fina amargura noble, que recuerda la piel de naranja y de limón, estructura el conjunto y refuerza la bebibilidad a pesar del alto grado. El humo aparece entonces más, discreto pero persistente, en un registro de brasas, cereal tostado y ligero tabaco rubio. Unas gotas de agua abren el whisky a matices de cera de abeja, hierbas secas y frutas de hueso, suavizando el calor para dejar hablar la complejidad. El final, largo y salino, prolonga la malta, la sal, los cítricos y el humo en un eco muy campbeltowniano.
Este Springbank 12 años Cask Strength 2025 está claramente pensado para la degustación pura, como un concentrado del ADN de la destilería, a la vez rústico, preciso y profundamente auténtico. Se disfruta idealmente en una copa adecuada, tras unos minutos de respiración, jugando con la adición mesurada de agua para explorar las diferentes capas aromáticas. En la mesa, encontrará un excelente terreno común con quesos curados, un cheddar o un comté bien maduro, embutidos de carácter, chocolate negro poco dulce o una tarta de frutos secos. Su estructura densa y su riqueza también le permiten dialogar con un cigarro delicado, para prolongar la degustación en un registro de pura contemplación. Es una botella buscada por los aficionados, que aprecian esta expresión sin compromisos del estilo Springbank, a medio camino entre potencia bruta y elegancia salvaje. Cada sorbo cuenta el mar, el viento, el tiempo y la mano del destilador, en un equilibrio a la vez sincero y fascinante.