RON BALLY - Garrafa - Gran Cuvée del Siglo - 100 años - 45%
La Casa J. Bally ocupa un lugar fundamental en la historia del ron agrícola de Martinica. Fundada por Jacques Bally a principios del siglo XX, fue una de las primeras en aplicar a los rones una filosofía inspirada en las grandes aguardientes francesas, trabajando exclusivamente con jugo de caña fresco y otorgando una importancia capital al envejecimiento. Desde 1917, Jacques Bally tomó la innovadora decisión de la crianza en barriles de roble, y luego en 1924, la casa adoptó sus famosas botellas triangulares, que se volvieron icónicas. La destilería histórica cesó su actividad en 1989, antes de que la elaboración de los rones Bally fuera transferida a la Destilería du Simon, perpetuando el legado de la marca. Bally sigue siendo hoy sinónimo de tradición, longevidad y prestigio.
La Gran Cuvée del Siglo – Garrafa – 100 años fue creada para celebrar el centenario de la destilería Bally. Esta cuvée excepcional toma la forma de una garrafa de prestigio, concebida como un homenaje al tiempo prolongado y al patrimonio de la casa. Se trata de un ensamblaje rarísimo de rones provenientes de las añadas 1929, 1939, 1955, 1975 y 2008, reuniendo casi un siglo de historia en una sola botella. Cada añada aporta su propia firma, construyendo una arquitectura aromática compleja y profunda. Embotellada al 45 %, esta Gran Cuvée del Siglo es ante todo una pieza conmemorativa y patrimonial, producida en cantidad muy limitada, destinada a los aficionados ilustrados y coleccionistas.
En la degustación, esta Gran Cuvée del Siglo ofrece una expresión de profundidad notable. La nariz revela una paleta compleja que mezcla madera noble, cacao, frutos secos, especias suaves, caña madura y notas de rancio elegante, firmas de los grandes rones antiguos. En boca es amplio, sedoso y perfectamente integrado, con una gran riqueza aromática sin pesadez. Los sabores se despliegan con armonía, sostenidos por una estructura controlada y una longitud excepcional. El final es largo, cálido y refinado, dejando una impresión duradera de nobleza y equilibrio. Este ron se disfruta puro, lentamente, o se conserva como una botella de colección mayor, testigo de un siglo de saber hacer. Una cuvée histórica, rara y emblemática, que encarna el alma de Bally.